Sobre one dot zero festival

 

Lo de siempre, mucha gente artistoide deambulando entre exposiciones que congregaban a cualquiera, la gratuidad del evento junto a su prestigio auguraban llenos y congestión y fue así, lastimosamente, terminó en decepción. Nunca había escrito sobre arte, y tampoco es lo que en últimas pretendo hacer porque no es mi campo, ni mi fuerte, pero sería terrible dejar pasar desapercibido el hecho nefasto de dos exposiciones contiguas de artistas, quién sabe de donde, pero que sospecho argentinos, ambos usando la misma tecnología, supongo que para ellos, “que flash loco”, consistente en el mando inalámbrico de un Wii.

 

Como se nota que no me preocupé mucho por las obras ni me fijé en los nombres, ni en sus autores, solo en su contenido que brevemente describiré no según su forma, sino según las impresiones que me causaron, puesto que me sentí especialmente tocado por el uso de esta tecnología tan revolucionaria. La primera de ellas y la que tenía más fila para “interactuar” era una serie de acrílicos transparentes de forma rectangular más larga que ancha que colgaban del techo de la sala opaca y caliente; a través de ellos se proyectaba la luz emanada de un cañón epson, una especie de figura solo formada por rayas que se transformaban quiero decir, rotaban por uno de sus ejes a sazón del movimiento realizado con el wiimote si se le apuntaba, al parecer este movimiento se realizaba de modo arbitrario. El wiimote venía enclaustrado en una funda acrílica blanca que disimulaba su verdadera apariencia. Una gilada menor.

 

Luego de esta decepción, pensé, que la otra fila si estaría mejor, así que la hicimos (claro estaba acompañado), corría rápidamente. De esta recuerdo que se llamaba algo así como God of Weather, y oh! era otro cañón con otro wiimote que modificaba una triste y mal dibujada animación de flash haciendo que el día se vuelva noche, que haya viento, y que llueva según las acciones que se ejecuten a través del reconocimiento de gesticulaciones hechas por el usuario con el mentado aparato en mano. Gilada mayor.

 

Me sentí mal porque me sentí pelotudo, como que la cosa no era ni novedosa, ni artística, para que la presenten con tanta rimbombancia, en suma, no le encontré merito.

 

Nota positiva: PETER BJORN AND JOHN ! fue tan divertido que por lo menos olvidé las dos giladas mayor y menor que produjeron los dos intentos pseudo divertidos de usar el wiimote con una intención supuestamente artística, Señores, Konami en uno de sus títulos ya se metió con el clima, y Electroplankton para Nintendo DS es una propuesta artística mil veces más seria que la suya. Giladas.