Este.

Hace varios días que no se escribe nada en este sitio, y bueno ya era la hora de la actualización, no es que sea mucho pero acá va, no es nisiquiera bueno y nutrido, no es prolifico, es más bien fruto del aburrimiento sistematico al que me someto.

El profesor es un poco maniaco, no se que tan apropiado sea la palabra poco, pero que es maniatico lo es, se ve siempre nervioso, como compulsivo, tal vez no me sorpendería si un día grita y sale corriendo, o se saca un ojo con los dedos mugrientos en frente de nosotros, en algo me recuerda a chispita, que era como le decíamos al monitor de otra materia del semestre pasado, a quien siempre acusabamos de andar drogado con cocaína. Este personaje tiene una camisa grande, que siempre se ve más ancha de lo que es su angosto cuerpo, se ve desfasado en una gran proporción, es demasiado flaco, pongo en duda que algún día encuentre un almacen donde vendan ropa de su talla, p.ej. su cinturon, el pantalón que usa tiene que tener siempre un cinturón cuyo pestillo se ve forzadamente ajustado en el último agujero del mismo, da un aire burlon al personaje, pero predomina su nerviosismo, es tan flaco y alto que parece una caricatura de los años veintes. Hoy su camisa es del mismo color que el pantalón, salvo que esta presenta una ligera textura que la hace ver más clara, sino sería un uniforme muy plano como sea que se vea. El nerviosismo, nuevamente, lo transmite con su voz, más que todo con su voz...-la música desata las pasiones, son como dos acentos (dionisiaco y apolonio) este, vease, como este lo clásico de la música, este es el mecanismo, este, que permite, este, representar lo informe, este, desde la sexta sinfonía de Beethoven hasta La Mer de Debussy, este, como se puede, este, caparse esta naturaleza tan extraña al hombre, como este, alcanzar este, nuestro corazón este...este....este...este...Esa vocecita morronga que siempre me deja pensando en sus gesticulaciones ridiculas de las manos.

Del Tango malevo feroz y el granizo.

De como el granizo hizo que terminase en el tango.

De como malevo no tiene nada que ver.

Y bueno que se hace en una mañana a 30 ºC ? Claramente no se hace nada, simplemente se trata de respirar muy fuerte para competir por el oxigeno con los otros que hacen lo mismo en un bondi atestado de gente que suda y suda, cuya ropa se vuelve transparente, donde todos respiramos fuerte, donde las sales del sudor pululan en el aire, y el oxigeno se vuelve escaso. Aun así, se logra llegar al lejano MALBA, con todas sus excentricidades y su tienda de souvenirs primer mundista, con precios en euros, y todos los lujos artistongos que uno pueda imaginarse, pero obvio, todas estas peripecias no se hacen solas, se necesita de gente que las observe y luego las declare en inutiles blogs como este, pero para el caso concreto es uno el que cuenta, o sea yo, y uno el que hace las cosas, o sea yo también, pero hablaré como si fuera otro, ahora va de este modo.

Iban juntos, un colombiano y un portugués, el portugués que muere por las chicas y que tiene una extraña y violenta técnica para conquistarlas, el colombiano que no se inmuta y a todo le hace buena o mara cara dependiendo del estado climático, y que estado-mucha la calor juemichica- insufrible, insondable, con malos olores, con todos los juguetes, humedad, con todo eso que el calor sea peor que la muerte para el colombiano pero ahí está, haciendo buena cara y acompañando al portugués a ver arte y ver mujeres porteñas. Claro pasa el MALBA, no pasa el calor, pasa el hambre, no pasa el calor, pasan mujeres, pasa el portugués, pasa el colombiano diciendo- espere le consigo el teléfono de esta vieja porque usted la hace salir corriendo- luego ella dice, no es que ese chico me parece muy tosco, me parecen más tiernos como vos, y bueno es un fiasco, el colombiano piensa: - nena soy gay, conformate con el portugues, estas carnes no pasaran por tus asquerosas y femeninas manos- rie.

Cuestión de minutos, la humedad desaparece, la del aire, la otra es constante en la mujer, que se emociona y hace malas caras y tuerce sus muñecas, el colombiano y el portugués van de camino, uno decepcionado por su experiencia con la mujer, y el otro ya haciendo mala cara por el cansancio, de la nada sobre ellos dos cae, sin previo aviso un valde de agua, con pedazitos de hielo, claro cualquiera diría tan suertodos, con tanto calor que tenían probecitos, y no, no era bueno, ¿ambiente humedo y mojado? te puede crecer pasto en la entrepierna en una hora, yo si digo pobres de ellos. Pero así son las cosas.

El tango viene después como añadido, lo interesante es que es un tango humedo también, un tango con una mujer que está humeda, conmigo que estoy humedo, y todo el ambiente está humedo, con ochos humedos, con pesadez humeda, con el portugues amotriz, la francesa feliz, y el colombiano humedo, el colombiano estuveo en su primera lección de tango, con su torpeza, sin poder dislocarse las piernas ni nada de eso que hacen los tangueros, malevos.