Mo sale hay lluvia.

En general el texto debería tratarse de un hombre osito que sale de su casa, con algo de ropa para la lluvía, al encontrarse con ella huye y se refugía debajo de un arbol con otros hombres.

Al parecer el texto no va a tratarse de eso, porque existe entre Mo y el narrador un inconveniente que él no pordrá solucionar de modo directo, un ruido infernal de maquina agonizante justo en frente suyol; también un lisiado.

Comencemos por orden, ¿por qué el lisiado me impide describir como Mo huye afanoso de la lluvia que moja sus orejas? A saber, el personaje en cuestión necesita y está urgido de atención y mi sentido - te voy a ver mucho rato, te odio, te amo- predomina en este momento, justo ahora, pero sin confirmación oficial, este personaje se encuentra leyendo un texto jurídico, completamente predecible y aburrido, sin nada nuevo ni radical en su contenido, de hecho, puedo pensar que se trata de una sentencia de segunda instancia de algún tribunal o en el peor de los casos, un juzgado de circuito, lo que no entiendo, es como hace este liciado para que yo no le quite los ojos de encima, está sentado leyendo; lleva el ritmo de lo que lee con las manos y la pierna que le sirve, es como si estuviera dirigiendo una orquesta, pero está sentado, frunciendo la cara constantemente, contorsionandose, señala con el dedo al monitor, gesticula palabras, se toca el pecho, se enreda el pelo con los dedos gordos y mugrosos, ve el monitor con más atención, como si hubiera encontrado algo, pero se retrae, toma el esfero con su mano izquierda no sabe que hacer con él, suda un poco, su frente se llena de gotas de un sudor inexplicable, porque es lisiado, porque no se está moviendo del asiento, porque se convulsiona con un texto inaplazable, el tipo no me deja concentrar, la maldita maquina sigue chillando, y creo que se la pasa así todo el día, llora constantemente, el hombre a mi lado sigue haciendo muecas, como si tuviera infinitos tics que se alborotan con la lectura, levanta las dos manos, se toca muchas veces la cabeza, con una mano primero, con la otra después, se peina, también se despeina, ve el monitor con esfuerzo, pero no encuentra nada que lo excite, se frota las manos con pesadez, pero al siguiente momento encontró el detalle anhelado y piensa, se agarra la barba, se sorpende y se rie, sigue gesticulando como si hablara en una tribuna en el centro de una plaza atiborrada de gente, se rasca las orejas, sigue bailando.

la Lluiva cesa. Mo regresa a su casa tranquilo, se mojo un poquito las orejas, pero eso se seca facilmente, vuelve a dormir a su cueva.