Cómo cortarse un dedo.

Piense el modo más escalofriante de hacerlo, tenga cuidado, no querrá intentarlo, mejor haga lo siguiente: Piense en la infinidad de África, mientras tanto, vaya agarrando el cuchillo más afilado que tenga en su casa, en su defecto use una pequeña sierra con motor, vea la sabana que se extiende más allá del horizonte con un verde pálido y triste lleno de sollozos y babas; acerce el cuchillo con cautela hasta el dedo que desee cortar, ubiquelo arriba de él y sostengalo firmemente en el aire, él le dirá cuando asestar el golpe. En la Antártida, los pingüinos emperadores están casi cuatro meses sin comer un sólo bocado esperando que su pareja, su pareja de temporada (ojalá no la única temporada) vuelva con comida para el polluelo, el viento sopla demasiado frio para cualquier humano, un cálido viento que siempre viaja desde el África hasta que se vuelve ventizca en la Antártida, siéntalo, se escabulle entre la mano que agarra el cuchillo, siente el sollozo de la perdida, al mismo tiempo está la pálida sábana, y la gélida también, el aire que se enreda en el cuchillo alcanza a llevar una delgada linea de sangre hacia un pequeño charco de babas que caeran de su boca.

Si intenta con una motosierra, hagalo sin compasión y no deje que ninguna estupidez lo distraiga.