Pan con Queso

Bueno hoy tratré de cambiar de plan, salí a la plaza de mercado de los dos puentes, donde se supone había muchos, muchos puentes no sólo dos, pero ahora sólo queda uno, esta será más bien una hi storia ilustrada, estuve en el mercado comprando Guascas para hacer un ajiaco, y por esas cosas de la vida, averigué que acá les han cambiado el nombre por algo más folclórico, de Pan con Queso, supongo que no hay ninguna relación, pero hoy comeré ajiaco con pan con queso y perdone usted por lo feo que suena; Igual es sabido que en la plaza de mercado pululan las devociones a santos, encontré uno enjauladito, como siempre, aunque este era un poco triste, en vestido rosado, con mirada de perrito faldero

A propósito de los puentes, esto es lo que hay, un puente de 1751 como reza una piedra al parecer rescatada del inframundo.

Luego de comprar el pan con queso, subimos a llevar a reparación unas camaras fotográficas, donde el maestro de hierro, un señor Pablo Fierro, que tenía unas costumbres, usanzas, tradiciones muy poco ortodoxas, era una casa un poco enmarañada en la montaña, con arboles extraños, ratones conejos y pollitos

Desde luego, en el camino pude observar más extrañas usanzas, más extrañas que nunca, también había una casa simpaticona y coqueta, o más bien, la corteza de la misma, porque casa casa no era, es como la piel que dejó alguna vez la casa que vivía por ahí.

Dentro de la casa, las cosas se ponían un poco de laboratorio fotografico de enanos y dementes, mucho desorden y frascos, fotos en todas partes, piso crujiente y techo moliente.

El acceso se hace a través de una puerta verde de madera, no es que la madera sea verde, es un color verde aceitoso aplicado a través del uso de pintura, ya quisieran que fuera verde de verdad, verde verdura, Desupés se sigue por unas improvisadas escaleras que conducen a un piso que vuela, en maderas de muchas clases, muchas cosas arrumadas en esquinas, muchas vainas arrumadas en rincones, no era fácil encontrar los rollos y los papeles que se necesitaba, se supone que el señor metalico ese es profesor universitario de color e imagen, él en si mismo es color café, en toda su extensión.

cuando haya más chisme que contar, apareceré pronto y audaz con las nuevas, ahora nuevamente el paseo nievístico ha vistose frustrado por causas ajenas a mi poder mental y sensorial, pido excusas por las anheladas fotos.