Tiempos aquellos.

Soñé con una nevada terrible, caía mucha nieve y todos tenían miedo, un miedo que no podía entender, los copos tan blancos que caían en medio de la noche eran pinceladas desinteresadas a un lienzo ya ocupado por la sorpresa tan grande que generó en todos los habitantes, yo no entendía que estaba pasando, la situación era tan normal para mí, mucha gente suspendió todo lo que hacía con fin de poder fijar uno o dos de sus ojos en los copos que caian despacio desde el cielo, con ganas de nunca llegar a la tierra.

Hace rato que no escribía nada para nadie, ni para el blog ni para mi ni para nadie, tengo tantas cosas para hacer hoy que no quiero hacer ninguna, pero la necesidad me grita, por eso salgo ya para el Banco, a seguir la vida rutinaria que tanto me agobia.